México, 22 jun (EFE).- Una nube de polvo proveniente del Sahara llegará a México a partir de este martes 23 de junio sin que represente un peligro para la población, informó este lunes el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
En un comunicado, el Cenapred informó que la nube de polvo se encuentra ahora sobre el Océano Atlántico, con dirección al mar Caribe, Centroamérica y posiblemente a México.
Señaló que el polvo tiene un efecto directo en la cantidad de nubosidad y lluvias “y se espera que a partir del martes 23 de junio este polvo ingrese al país en concentraciones que no afecten a la población”.
Días atrás, el Cenapred explicó en otro comunicado, que el citado fenómeno “es una masa de aire muy seca y cargada de polvo que se forma sobre el desierto del Sahara, principalmente en el verano, y se mueve hacia el océano Atlántico cada tres a cinco días”.
Además, “puede cubrir un área equivalente a la de Estados Unidos y extenderse verticalmente entre 1.500 y 6.000 metros de altura” y ha sido rastreada hasta el Mar Caribe, Centroamérica y el Golfo de México.
El Cenapred explicó que la nube ingresará de forma directa por el oriente y sureste del país, Península de Yucatán, “siendo la Sierra Madre Oriental una barrera natural para que no atraviese al centro del territorio”.
Además, señaló que una de las principales características o indicios del polvo africano es que el día se torna grisáceo, los atardeceres rojizos y hay escasa nubosidad.
“Al encontrarse con un ciclón tropical, el polvo del Sahara suprime las corrientes de aire ascendentes del ciclón, y los vientos horizontales que lo transportan cambian significativamente la dirección del viento en el medio ambiente”, se explicó en la nota.
También se apuntó que los estudios “sugieren que puede reducir la formación de nubes, por lo tanto, habría menor posibilidad de que se desarrollen los ciclones tropicales en el Atlántico”.
En el comunicado se recordó que año con año, tanto los ciclones tropicales cómo el polvo del Sahara llegan al país.
Los primeros, en ocasiones provocan afectaciones al territorio mexicano, “pero a su paso aportan agua a las actividades agropecuarias, recargan los mantos acuíferos y las presas aumentan su nivel de almacenamiento que utiliza el resto del año”.
Mientras que las pequeñas cantidades del polvo del Sahara que ingresa a México “no representan un peligro para la población”.
Foto: Vista de un atardecer en Ciudad de México (México). EFE/Sáshenka Gutiérrez/Archivo