Washington, 26 oct (EFE).- Más de tres de cada diez familias que recibieron los subsidios infantiles mensuales del Gobierno para paliar el impacto de la pandemia han usado ese dinero para la compra de útiles escolares, indicó este martes la Oficina del Censo.
La agencia federal calculó que hacia fines de septiembre el 42 % de las familias afroamericanas y el 31 % de las familias hispanas había usado la asignación familiar para gastos escolares, comparado con el 26 % de las familias blancas.
La Dirección de Impuestos Internos (IRS) empezó a distribuir en julio los subsidios, que alcanzaron a unos 35 millones de familias, con cheques de hasta 300 dólares para cada niño menor de seis años y de hasta 250 dólares para adolescentes hasta los 17 años de edad.
Las asignaciones familiares, que continuarán al menos hasta diciembre, son parte de los programas del Gobierno del presidente, Joe Biden, y que se sumaron a los iniciados por su predecesor, Donald Trump, para dar estímulo económico durante la pandemia.
El Congreso tiene a consideración el presupuesto y parece posible que se apruebe la extensión por un año de la asignación familiar, aunque mucho menos que lo solicitado por Biden, quien quería la extensión del programa hasta 2025.
La encuesta de hogares que realiza la Oficina del Censo encontró que casi cuatro de cada diez hogares que recibieron los primeros tres cheques de asignación familiar desde fines de julio a fines de septiembre, indicaron que habían usado la ayuda, mayormente, para pagar deudas.
La porción de beneficiarios que indicó el uso de la asignación para gastos subió del 27 % al 33 % en el mismo período, indicó la agencia.
El uso de esos subsidios para el cuidado infantil se mantuvo bastante estable entre el 10 % y el 12 % entre fin de julio y fin de septiembre, mientras que el gasto en útiles y otros insumos relacionados con la escuela subió del 22 % en julio al 34 % a fines de agosto y comienzos de septiembre, cuando comenzó el curso escolar.
Fotografía de archivo que muestra a jóvenes en una escuela en Henderson, ciudad aledaña a Las Vegas, Nevada (EE.UU.). EFE/Felipe Guerra