Eric Galatas
6 de junio 2022
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El porcentaje de niños de Colorado en sus primeros 15 meses recibiendo servicios médicos preventivos y de salud conductual aumento en un 23 por ciento desde 2013 y se mantuvo constante durante la emergencia de salud pública de COVID, según nuevos datos publicados por el Centro para Mejorar el Valor en la Atencion Medica.
Pero el doctor David Keller, profesor de pediatría en la Facultad de medicina de la Universidad de Colorado, dice que ese no fue el caso para muchos niños de tres años o más que no se hicieron las pruebas de detección periódica.
“Estamos viendo una epidemia de problemas de salud mental en los niños y niñas,” asegura Keller. “Estamos viendo muchos niños con trastornos de ansiedad, muchos niños con depresión, y niños con tendencias suicidas.”
El enfoque de las visitas para niños y niñas de tres años en adelante es la preparación para el jardín infantil, además de estar seguros de que estén equipados para el desarrollo y la evaluación de la salud mental para garantizar que estén en el mejor espacio para tener éxito.
Esas visitas se redujeron significativamente entre 2019 y 2020 al comienzo de la pandemia.
Keller agrega que las interrupciones escolares crearon problemas de salud mental aún mayores para los adolescentes.
A pesar de las tendencias positivas en general, en 2020, el 40 por ciento de los niños de 15 meses o menos no recibieron las seis o más visitas de bienestar que son recomendadas con un proveedor de atención primaria. A las y los niños cubiertos por un seguro de salud comercial les fue mejor que a los que tienen Medicaid.
Keller dice que llegar a las citas puede ser especialmente difícil para las familias que luchan económicamente.
“Conozco muchas familias que tienen dos trabajos,” dice Keller. “Tengo muchas familias en las que el padre trabaja de noche y la madre trabaja de día porque no pueden pagar la guardería, y eso hace que sea muy difícil programar una visita de bienestar.”
Los niños y niñas de las zonas rurales de Colorado tuvieron tasas de visitas similares en comparación con los urbanos, aunque hay menos proveedores y las familias tienen que viajar distancias mayores.
Keller dice que la mayoría de las familias tienen demasiado que sobrellevar, y es fácil que las visitas de bienestar se resbalen de su lista de prioridades.
“Una de las cosas que me encantan de ser pediatra es que puedo practicar activamente la prevención primaria,” agrega Keller. “Hay mucho que podemos hacer para ayudar a las familias, ayudar a sus hijos a ser lo mejor que puedan ser. Y ese sería mi mejor mensaje: Vengan, los queremos ver.”
Credito de la foto: Adobe stock photo.