POR: Juan Rivera Meraza
PARA: ENTERATE LATINO
En agosto se cumple un aniversario más del natalicio del revolucionario mexicano Emiliano Zapata Salazar. Nació en 1879 en la pequeña comunidad de Anenecuilco, Villa de Ayala, Morelos.
Al hablar de personajes de la Revolución indudablemente a Zapata no se le puede dejar al margen. Su importante aportación al movimiento le permitió ser uno de los héroes más importantes y genuinos junto con Doroteo Arango (Francisco Villa). Los nombres de ambos están con letras de oro en el Congreso.
Historiadores nacionales y extranjeros han investigado y escrito sobre su vida. El legado que nos dejó sigue presente hoy en día. Igualmente, aunque en menor medida, su vida revolucionaria inspiró a escritores para crear obras literarias.
Las tierras comunales de su pueblo a través de los años fueron despojadas para pasar a manos de latifundistas dueños de las haciendas. Desde joven fue testigo de ese proceso injusto y que fue uno de los factores que detonaron el inicio de la Revolución. La académica estadounidense O’Malley afirma que Zapata en realidad no tenía en mente participar en el movimiento, pero que la junta de ancianos de su comunidad le solicitó que se encargara de seguir el litigio de recuperación de las tierras y al comprobar que no era posible decidió tomar las armas.
A su muerte, el pueblo construyó leyendas y mitos en un esfuerzo por negar su fallecimiento. Su muerte, provocada por una traición, no terminó con sus ideales y sus sueños de que las tierras fueran devueltas a sus dueños originarios. Aunque a la finalización del movimiento armado los gobiernos emanados de la Revolución lo hicieron en parte, hoy en día persiste la injusticia y pobreza de los campesinos.
El próximo año habrá elecciones, seguramente continuará otro gobierno de Morena del presidente López Obrador, y se espera que sigan con el mismo proyecto político. Reducir la pobreza, continuidad a los programas sociales, el crecimiento de la infraestructura nacional, el fortalecimiento de la economía, pero sobre todo que no se permita el regreso del neoliberalimo son prioridades fundamentales para el país. Lo anterior es el mejor homenaje que se le puede hacer a Zapata.
Fotografia: Emiliano Zapata, posing in Cuernavaca in 1911, with a rifle and sword, and a ceremonial sash across his chest. (Archivo General de la Nación, Mexico City. Archivo Fotográfico Díaz, Delgado y García) PUBLIC DOMAIN PHOTO.
